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Ser mamá también es diseñar: la maternidad como acto creativo sagrado

Antes de crear espacios, muy joven, creé vida. Y entendí que la maternidad no es una pausa en la creatividad, más bien es su forma más pura.

Para mí ser madre es habitar una arquitectura invisible. Una que no se ve en revistas, pero que sostiene días enteros, cuerpos cansados y emociones rotas. Es diseñar sin planos, construir sin garantías, redibujar la rutina con el trazo tembloroso pero valiente del amor.

Una madre no solo da vida, la edita, la acomoda, la abraza, la limpia, la vuelve a encender.


La maternidad: el diseño emocional más potente que existe

A veces siento que las madres somos diseñadoras de lo intangible porque creamos con horarios imposibles, silencios que contienen y miradas que calman desde el agotamiento, con lo que hay, con lo que se puede. Y aún así, todo funciona, fluye y se abraza.

Porque aunque nadie lo vea, diseñamos:

  • atmósferas que hacen que alguien quiera volver a casa,

  • rituales que enseñan amor sin palabras,

  • refugios donde se permite llorar y volver a empezar.

Y eso, aunque no tenga nombre en Pinterest, también es arte. A nivel profundo, lo que hacemos es tejer seguridad. Generamos con nuestro cuerpo y presencia un campo neurosensorial donde el sistema nervioso puede bajar la guardia. Ese abrazo de mamá que relaja, ese tono de voz que tranquiliza, no son casualidad: son lenguaje biológico. Es diseño aplicado al alma.


Y es que ser mamá es aprendizaje constante en movimiento. Rediseño diario de nuestras creencias, ritmos, formas de amar y de sostener. Y aunque no existe un manual, hay cosas que me hubiera gustado que alguien me dijera cuando empecé este viaje que sé que me habrían cambiado la vida, por eso hoy las comparto contigo, por si también te sirven de ancla o de espejo,, o te resuenan de alguna forma.


De todos esos días, lágrimas, errores, descubrimientos y abrazos... me quedan algunas certezas que han moldeado no solo mi maternidad, sino también mi forma de diseñar.


5 cosas que me enseñó la maternidad sobre el diseño (y la vida)

1. El diseño más valioso no siempre se ve. En todos nuestros sentidos. Como el olor de la pizca de comino en el arroz de mi abuela. Como el cobijo que no está en los muros, sino en las manos. Es memoria somática. Un anclaje emocional que permanece más allá de las palabras.

2. El caos también tiene su estética. Una casa con juguetes tirados, mochilas abiertas, cereal regado… también tiene belleza. Porque es vida, es real. Porque la vida y la estética no siempre son simétricas: a veces las encontramos en la vitalidad desordenada de un momento único.

3. El tiempo no se controla, se habita. Aprendí que siempre se puede con lo que importa. Y eso, con intención, basta. La presencia, cuando es total, genera más transformación que mil acciones desde la prisa.

4. Las emociones también necesitan diseño. Una pausa, un cambio de tono, una canción para sanar. Diseñar no es solo acomodar objetos: es también hacer espacio para lo que duele y lo que crece. Sostener emocionalmente no es improvisado: es crear microclimas afectivos con elementos que reconectan el cuerpo con su centro.

5. Ser mamá no me limita, me expande. No soy menos creativa desde que soy mamá, al contrario, soy más. Porque ahora, aparte de diseñar espacios, también diseño memorias, fortalezas, vínculos. Aprendí a observar lo invisible, a escuchar lo que no se dice y recibir información de todo lo que vivo, a sostener lo que apenas empieza a tomar forma.


Ser mamá es diseñar con el alma

Hoy, en medio de esta vida de deadlines, listas de súper y sueños postergados, quiero honrar a las mujeres que también diseñan días con ternura. Que reformulan, se reconstruyen mientras cuidan a otros, que maternan incluso sin darse cuenta y contienen aún si no se sienten contenidas. A las que no se rinden. Esas que crían y crean al mismo tiempo. A las que han hecho del amor una obra de arte viviente.


Hoy, una de mis creaciones más visibles se llama PUR.PUR.A, pero detrás de esa marca hay noches sin dormir, decisiones tomadas con el corazón en la garganta, y una familia que se construye al mismo tiempo que una empresa.

PUR.PUR.A también es mi bebé. Un proyecto parido desde el deseo de hacer del diseño una experiencia que abrace. Porque ser mamá me enseñó que no hay acto más creativo que sostener… y eso es justo lo que hacemos: sostener belleza, ideas, vínculos, espacios y emociones.

Si este texto te hizo recordar a tu mamá, mándaselo. Si te hizo sentir como ella, abrázate. Y si lo leíste con lágrimas en los ojos, respira: estás viva, estás sintiendo, y eso también es un diseño perfecto.


Feliz Día de las Madres, principalmente a mi clan hermoso: mi mamá bella, mi hermana, mis grandes abuelas, y todas aquellas que me dan un pedacito de sí para crecer.


Feliz Día de las Madres desde este rincón donde el diseño también se escribe con alma.


—Jimena


Hijo sonriendo mientras abraza el vientre embarazado de su mamá. Amor, espera y conexión emocional durante la maternidad.
Una vida dentro de mí. Y otra, creciendo fuera.
Hija con su madre embarazada
Somos una cadena de ternura y reconstrucción.



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